Habitamos un tiempo difícil para imaginar nuevas formas de vivir en común. Políticos, intelectuales y analistas insisten en que está siendo más difícil imaginar el fin del mundo, que una superación realizable de la sociedad en que vivimos. Sin embargo, poco sentido hay en suponer dicha capacidad como efecto de mentes iluminadas o de mecanismos institucionales automáticos. En momentos de crisis de lo que se trata a fin de cuentas es de buscar escuchar a la sociedad.
En 1951, el gobierno de Juan Domingo Perón realizó una singular invitación a imaginar el futuro de la nación. En el marco del Segundo Plan Quinquenal, convocó al conjunto de la sociedad a enviar en forma escrita sugerencias, propuestas y solicitudes para ser evaluadas y eventualmente incorporadas en su diagramación. Abriendo el Estado al pueblo, dando cuerpo a otra visión de la democracia, basada en la escucha de lo social, un dispositivo de recepción de cartas puso en movimiento una trama colectiva compleja que desplegó una escritura popular, perturbando los contornos institucionales establecidos, a la vez que edificando otros escasamente registrados hasta hoy.
Este libro surge de una investigación sobre esas cartas a Perón. Explora un territorio de escrituras manuscritas, mecanografiadas, selladas, abrochadas, ilustradas, garabateadas, firmadas, salpicadas, tachadas, reversionadas, o abolladas, que constituyen el espacio material donde se proyecta el imaginario encarnado del mundo popular. El pasaje al texto de un deseo, en la forma de un anhelo, una demanda, un requerimiento o una propuesta a Perón contiene un sinfín de signos para comprender una forma singular de organizar la expresión de un imaginario; pero también, para rastrear las manifestaciones de una reflexividad social que permita reabrir, en tensión con las teorías sociales y políticas contemporáneas, los conceptos de Estado, de justicia social, de propiedad y de conducción, entre otros, conjugando de modo distinto las relaciones posibles entre gobierno y utopía, entre organización y esperanza.