Crítica de "Meet John Doe" (1941) de Frank Capra

Los textos a continuación fueron producidos en el marco del taller de crítica de cine coordinado por Leandro Arteaga en la Facultad Libre.

Perder y recuperar la confianza del otro Autor: Pedro Toledo

Ann Mitchell está por quedarse sin su trabajo como columnista de diario, aparentemente por no ser demasiado sensacionalista, hasta que decide escribir una carta falsa como parte de su último artículo en el que un tal John Doe declara que las injusticias y la perdida de los valores humanos lo han llevado a querer suicidarse, y que lo hará en Nochebuena como una forma de protesta. La gente lo cree y clama por que salven al pobre hombre, Ann y el nuevo dueño del diario ven la oportunidad y deciden buscar a un John Doe que ponga la cara y traiga dinero. John Willoughby toma el lugar que cualquiera podría tener y viaja por el país dando discursos escritos por Ann sobre los puntos de vista que John Doe representa y lo trasmite al resto de los John Does que lo escuchan con pasión. Todos los eventos y grupos que siguen a la figura de John están financiados por Norton, un político que aprovecha el movimiento en busca de la candidatura a la presidencia. Lo que comienza como una forma de generar ganancias y, para John (a quien no le interesa mucho el asunto), salir de la pobreza, se transforma en algo cada vez mayor, como un globo, un globo llamado Ideal; el ideal de la confianza, la buena voluntad, la honestidad, el ideal de ser compañeros y brindar una mano sin juzgar y sin buscar nada a cambio. La gente se contagia de estos valores y comienza a perder los prejuicios sobre sus vecinos y buscan formas de ayudarse, siempre pidiendo, por supuesto, que John Doe no salte en Nochebuena. John se siente cada vez más involucrado en el personaje, mientras que Ann comienza a sentir culpa por usar a un hombre y a un ideal para sacar dinero. Piensa que están engañando a la gente. Se acerca el final de año y el evento mayor de John Doe, ahora John (Willoughby) cree casi en absoluto en ese ideal al cual antes solo clamaba de la boca para afuera. Pero al leer el discurso que le habían escrito para el evento se da cuenta que este hablara mayormente de apoyar la candidatura de Norton para presidente; que, ciertamente, sería usado para beneficio de un grupo de personas que no piensan seguir este ideal que predica. Al confrontarle, Norton le amenaza explicándole que si intentara algo le sería fácil desviar toda la culpa hacia John, haciendo que nadie le escuche. Y lo logra, John resulta humillado, pierde toda credibilidad y la gente vuelve a perder la esperanza. Desamparado pues ha perdido la confianza que había costado tanto encontrar en la gente, John comprende, si no puede decir sus ideales con palabras, lo hará con acciones, saltará y marcará en hierro el ideal sobre las personas. La película presenta una pregunta sobre los valores americanos y es si importa que una idea sea un fraude si al final causa más bien que mal. ¿Uno tiene que ser lo que predica para que la gente crea en tus ideas? Para este caso no importa, pues para el final de la película todos creen profundamente en ese ideal. Puede que no estén de acuerdo, pero en mi opinión morir por tus ideales es el acto heroico más grande que alguien puede realizar. Demuestra cuán fervientemente uno cree en lo que dice y hace. Pero, no me dan ese gusto por lo trágico, quizá hubiera sido demasiado para las audiencias de la época. Tampoco es que me moleste. John es disuadido de saltar por Ann y la gente que aún cree en él y decide volver para mostrarle a Norton que la gente no perderá la esperanza y recuperará esos valores, aunque cueste lograrlo. Este es el segundo acto heroico más grande en mi libro y no hay nada malo en contentarse con el segundo lugar. Esta película logra demostrar que se puede creer, y que siempre llevamos algo bueno adentro y podemos contagiarlo al mundo, y de ser así podemos mejorar nuestro futuro. Una película que podría ayudar mucho en estos tiempos.